lunes, 4 de enero de 2016

Tiempo no del todo perdido



Me siento estúpidamente orgullosa de llevar cuatro días seguidos actualizando esto.

La tarde de ayer la he dedicado por completo a arreglar la novela que escribí para el NaNo. Es un proyecto bastante ambicioso (siempre apunto alto, asumiendo los riesgos de cansarme de mí misma por el camino y dejarlo todo simplemente porque sí) y sólo he completado lo que estimo, es el 33% de la parte 1 de 5 (sí, 5 libros; alguien debería pedirme que, por favor, me dedique a lo que me tengo que dedicar). Estoy reescribiendo escenas, reestructurando otras, continuando tramas que se han quedado estancadas, re-perfilando personajes.

El pasado 1 de noviembre descubrí que me resulta mucho más fácil escribir la barrabasada de 50000 palabras si no me autoimpongo límites, esquemas, barreras, fronteras; página de Word en blanco y a la aventura. A mediados de noviembre descubrí que si no me pongo un límite puedo meter tantas cosas en una historia que acabará por no tener sentido alguno para nadie que no sea yo.

Ahora me dedico a dibujar límites, hacer encajar las piezas de un puzzle que tal vez no tenga todo el sentido del mundo.

Pero, aquí os dejo una pequeña muestrecilla.

-No deberíamos haber venido –susurra en su oído.

Tina ignora el estremecimiento de su piel y echa la cabeza hacia atrás para pegar su mejilla a la de él.

-O sí. Jamás desperdicio la oportunidad de ver a dos tíos compitiendo por quién la tiene más grande –replica ella, sin quitar ojo de la escena.
Os mantendré informados. Os guste o no.

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